En mis tiempos de soltera, bien soltera, en la que no tenía novio formal a la vista, deseé y busqué tener dos trabajos. Uno en la mañana hasta las dos, y mantener el de la tarde-noche que tengo desde hace casi cinco años en el periódico. No se me dio. Logré hacer algunos trabajos freelance en horas matutinas.
Ahora que soy madre...¿adivinen? ¡Pues me han llovido las ofertas! Y se imaginan cual ha sido mi respuesta.
No.
Tengo la suerte que no tienen la mayoría de las madres que conozco: pasar todo la mañana hasta las tres de la tarde con mi bebo.
Y no les miento. Veo la situación y la posibilidad de ganar más para por fin comprar el carro que anhelo desde hace años, para ayudar a mi madre, para completar planes, para viajar...
Pero mi hijo será bebe una sola vez, será niño una sola vez. No habrá forma de recuperar sus sonrisas mañaneras en la cama, las sesiones de 10 minutos de besos mientras espero que el arroz esté listo, su carita sonriente mientras se duerme entre mis brazos para sus siestas (que a veces logro que sean dos antes de irme a la redacción), cantarle mientras lo baño.
El carro, la ayuda a mi madre, los planes, viajar...puede esperar, puede postergarse.
Lo que tengo con el bebo vale más que otro sueldo y una segura vida de mierda que me daría estar doblemente empleada.
La verdad, no te imaginas cuanto me ayuda tu blog en esta nueva etapa llena de cambios, dudas, miedos e insertidumbres que estoy empezando.
ResponderEliminarTenía unos planes económicos para antes de finalizar el año y estaba haciendo malabares en mi cabeza para tratar cumplir las metas (como el carro) sin afectar los gastos que se presentaran ahora por la maternidad (cosa que es casi imposible). Al leer esto, recibo un empujoncito para establecer prioridades.
Gracias miles!
Me alegra que te sientas apoyada en este proceso con estas reflexiones.
EliminarEs bueno planificarse, y también postergar cuando priorizas.
Te irá bien. Lo sé.
Abrazos.