domingo, 15 de julio de 2012

El esposo y futuro padre

El domingo pasado, sentada en unas colchonetas en la sala de mi casa, hablaba con mi hermana. Mi hermana, que es casi dos años mayor que yo, es madre soltera. He visto lo difícil que ha sido para ella salir adelante sola con mi sobrino, Sebastián.

Le dije lo mucho que admiro su tenacidad, porque ahora que estoy embarazada entiendo en plenitud lo difícil que fue para ella atravesar este proceso sin el padre de su hijo, que aun hoy no hace gala de ninguna responsabilidad paterna. Ella sólo suspiro y me dijo que apreciara la compañía y el apoyo de mi esposo.

Mi esposo, el futuro padre de Fernando. Creo que el espacio no me cabría para expresar lo que ha significado en mi vida, no desde este proceso, sino desde antes, cuando eramos amigos.

El esposo es el hombre que jamás pensé conocer, distinto en mis expectativas de niña refugiada en demasiados sueños de príncipes para escapar de ciertas realidades. Como suele pasar con muchas personas que llegan a tu vida, el esposo cuando llegó como amigo, primero, y como novio después, cambio mucho de mi visión del mundo, de los hombres y de mi misma.

Ahora, en este proceso de embarazo, ha asumido su paternidad con una responsabilidad y cariño que me enternece. Habla con su hijo, toma su guitarra y le canta, besa la panza, la acaricia. Habla de Fernando, de sus expectativas, de que su hijo será hincha del Barca (ni modo...), de que lo verá jugando fútbol. Su cara cuando pone la mano en mi vientre y siente sus movimientos le hace tan transparente el amor hacía su hijo que se me hace cada vez más inolvidable.

He hablado con él de algunas cosas relativas al parto, ahí es menos abierto. No quiere estar en la sala cuando de a luz, prefiere estar afuera. Supongo que es más que nada, porque no soportaría verme sufrir dolores sin poder hacer nada. Pero él prefiere no hablar de eso. Lo primordial en él es su preocupación por cuidarme, porque no me pase nada, por hacer los quehaceres en la casa para que no este en peligro de caerme o me agote mucho (ya pasó lo de la caída por mi necedad, según él, de lavar en casa...fue el susto más grande que he pasado..pero fue más el susto que otra cosa). Si por el fuera solo saliera en taxis de la casa y no caminara ni medio metro en el día. Es como si además del síndrome del Nido que nos da a las futuras madres, el padeciera de otro..el del protector.

Me encanta y me enamora verlo tan integrado a este proceso, de saberme cuidada y querida, de verlo afanarse por darle lo mejor a su futuro hijo, de como me ayuda y me mima. No sé cómo será cuando nazca Fernando, pero sé que será siempre un buen padre.

Mis felicitaciones a todos los hombres que como mi esposo buscan acompañar a sus parejas en este proceso, a pesar de saberse tan ajenos a él. Mis respetos a las mujeres que han tenido que ser madres solteras, por decisión o por circunstancias que se escapan de ellas. Admirable saber que han pasado todo este proceso desde su fuerza interna. Por eso digo y repito, que el mundo aun gira por nosotras.

lunes, 9 de julio de 2012

Gastos y preocupaciones

No puedo negar que el tema de los honorarios "por la izquierda" de mi doctora me han puesto el mundo de mi tranquilo embarazo de cabeza.

Algunos amigos me siguen aconsejando. Me dicen que no lo admita y que se lo diga desde ahora y por lo que averiguado esos "honorarios" lo cobran sin darte ni siquiera un recibo o factura de vuelta.

Como sé, y los que son padres saben, un bebe trae sus gastos. Aunque no me he querido montar ni lo haré en la fiebre de comprar cosas innecesarias para los primeros meses de vida de mi hijo, no cabe duda que lo necesario tiene sus costos. Por lo que el tema de los "honorarios" me complica la planificación de gastar en lo necesario. Y no es que crea que la atención médica es innecesaria, pero esta situación no compagina con lo justo.

Así que ando decidiendo las medidas a tomar antes de cumplir las 37 semanas y es probable que esta situación tenga final, bueno o no, en mi próxima cita mensual. Iré personalmente al seguro médico que me corresponde para asesorarme y, aunque todavía no lo sé, creo que hablaré con mi doctora antes de la cita de agosto. Mientras más rápido vea lo que voy a hacer con respecto a este tema, más tranquila estaré. Porque eso si necesito, tranquilidad que esta situación me ha robado.

Además, no me gusta ver ni sentir a mi esposito preocupado con esto, con algo que entiendo no debería ser así.

jueves, 5 de julio de 2012

Salud, embarazo y cobertura médica II

Me quedé hecha una piedra.

Ahora explico el porqué.

Hoy fue mi cita mensual. Veintisiete semanas de embarazo. Llego temprano a mi consulta. La recepcionista de mi doctora me recibe.

- Argénida, ¿te he hablado sobre los honorarios de la doctora para el parto?

- Que recuerde...mmmm...no. (lo dije porque asumía que eso era parte de la cobertura de mi seguro médico, que repito para aclaraciones de las personas que no viven en República Dominicana:  la salud no parece ser responsabilidad del Estado y los trabajadores nos deducen para pagar pólizas privadas de salud, sin contar que nos deducen para el Seguro Social que no usamos).

- Pues mira... (y me mira con cara de que me va a dar una mala noticia) ¿cuál es tu seguro?

- Es (omito el nombre, para el caso no tiene importancia).

- ¿Y cuál es tu poliza?

- Es la básica más la complementaria, o sea, es una buena cobertura.

- Ya veo, pero la doctora cobra sus honorarios fuera de la cobertura de los seguros. A menos que tengas una poliza Prestige (esa poliza solo al pagan los ricos, algo que se asume por el nombre ¿no?). Y para parto normal son 20 mil (unos 512 dólares) y para cesárea son 25 mil (641 dólares).

Me quede hecha una piedra.

- ¡¿Cómo?!

- Pero puedes hablar con la doctora, a ver si te rebaja algo. Ella no es estricta con eso.

En el consultorio. Luego de chequear mis análisis (tengo los glóbulos rojos algo bajos. Hierro y proteínas conmigo)., de chequear mi peso (¡sólo aumenté tres libras!) y de escuchar a la doctora decirme si voy a optar por la conservación del ombligo de mi hijo por lo de las células madre (algo sumamente costoso, aunque se pague por cuotas) me propongo a tocar el tema piedra.

- Doctora, explíqueme lo de sus honorarios.

- Bueno, mira (otra mirada que no me va a gustar) la situación con lo seguros es difícil. Ellos no nos están cubriendo casi nada. Por ejemplo, yo cobró quinientos de diferencia de consulta cuando todos los médicos aquí cobran mil de diferencia, y los seguros solo nos cubren 275 pesos. Igual pasa con los honorarios (de lo que no me dio detalles de su costo). Yo entiendo que es una sorpresa. Los recién graduados cobran entre 10 mil y 15 mil, pero los que tenemos entre 20 y 30 años en esto... (en este punto ya ni sabia que pensar)... yo puedo considerar, porque tampoco es una cosa impuesta a la mala, pero es lo que cobro por honorarios.

Me despedí.

Más tarde. Llamo a Atención al Cliente de mi aseguradora de salud.

- Buenos días, soy Guadalupe, ¿en que puedo ayudarle?

- Buenas tardes, Guadalupe. Me gustaría chequear la cobertura de mi seguro con relación al parto y la cesárea. (Seguido le paso el número de poliza de contrato que está en mi carnet).

- Su seguro ti ene cobertura básica y complementaria. Su cobertura para parto normal es de un 100 por ciento y en caso de cesárea de un 80 por ciento. Tiene en cobertura para medicamentos...

Luego de escuchar los demás detalles le pido que me diga si eso incluía los honorarios médicos. Me dice que sí. Y ante su sí le explico lo que mi doctora me dijo. Sorprendida me dice que los honorarios son cubiertos de acuerdo con el contrato de prestación de servicio que tiene la aseguradora con el doctor, pero (ese pero...) los doctores suelen cobrar honorarios independientes y que aunque se asume ilegal, o más bien, no ético, ellos no podían hacer nada. El asunto era un trato entre doctor y paciente y que yo debía negociar con ella.

- Gracias, Guadalupe.

Minutos después. Estoy pensando seriamente en ver si en la próxima cita negocio con mi doctora, o si la llamo mañana y converso la rebaja de sus honorarios...o si le pido mi expediente y salgo a buscar otro doctor..y me resisto a esta última idea porque tengo seis años consultándome con ella y nunca, hasta ahora, había tenido problemas de cobertura y honorarios en su consulta. Además, es mi doctora de confianza.

Comento el asunto con una compañera de trabajo que me dice que busque otra opción médica.

Luego, hablando del tema con otro colega, este me espanta y me dice: "Eso de las coberturas es una mentira. Por eso mucha gente se ha cambiado al Senasa (aseguradora del Estado, que se supone es para cobertura médica para los pobres, pero que muchos no pobres lo usan y que alegadamente tiene mayor margen de cobertura...y funciona como aseguradora privada y no privada...en suma, no entiendo bien como es que funciona). No relajes con tu salud y la de tu bebe. Es en una buena clínica y esa doctora es de tu confianza. Reúne tus chelitos y no le des mente".

Mi esposo me dice, con toda la calma, que eso es lo que cobran los médicos, que ella no es la única.

Estoy hecha una piedra.

P.D. Según la ecografía mi bebe tiene dos libras y trece onzas de peso, y hasta cachates tiene :)

domingo, 1 de julio de 2012

El primer libro de Fernando

Anoche conocí a Cristiane, una escritora y profesora brasileña radicada en República Dominicana.

Asistió a una reunión en la que organizó, junto a otras escritoras, un taller de formación literaria. Entre opiniones y libros, Cristiane decidió hacerme un regalo, que es con mayor precisión, un regalo para Fernando.

"Leéle desde ahora", me dijo.

Esta es la hermosa portada del primer libro de mi hijo.