¿Cómo se portó hoy? Preguntó cuando llego a casa.
Y las respuestas siempre son dos: bien o mal.
¿Pero que es portase bien o mal?
Me detengo hoy a pensar en ello. Portarse mal parece ir relacionado con que mi hijo no reacciona como yo quiero que reaccione, o como los demás quieren que el reaccione. Por consiguiente, portarse bien es que reaccione como yo y los demás quieren que lo haga. Como si fuera un adulto.
Las dudas y los cuestionamientos llegan.
¿Por qué utilizar la palabra bien y mal para referirse a la personalidad de Fernando? ¿Acaso él es malo cuando no reacciona como yo y otros adultos esperan que reaccione?
No debería usar esas palabras. Ningún niño es bueno o malo porque reaccione como un niño, ni por sus pataletas, ni por sus sonrisas, ni porque una noche le cueste dormirse temprano, ni porque me pida brazos, ni porque quiera jugar conmigo cuando estoy cansada.
Este no es un asunto de poner límites, lo digo porque para muchos tratar de críar desde el niño es creer que no pones límites, y es todo lo contrario. La gente piensa que poner límites es gritar, pegar, decirle a un niño o niña que es malo porque no se comparta como un adulto, como yo quiero que sea.
Creo que en vez de preguntar cómo se portó, preguntaré cómo se han pasado el día, cómo están, cómo está el Fernando.
Hay asuntos que es bueno desmontar.
El día que conquistó la despensa. |