viernes, 29 de junio de 2012

Pensando en la crianza. Estivill o colecho


Las búsquedas de información y datos van con la etapas que vivimos, y más en esta época de internet y redes sociales.

A finales del año pasado me abarrote de información relacionada con las bodas. Aunque la mía fue bastante sencilla y organizada por una excelente planificadora de eventos y buena amiga, los blogs y páginas que visite sobre el tema me ayudaron a guiarme sobre tendencias, colores e ideas que quería para ese evento.

Desde que supe de mi embarazo toda mi búsqueda en la web se ha concentrado en maternidad y bebés. Mientras van avanzando las semanas, y como periodista que soy, me planteó preguntas y buscó información sobre ellas. No he necesitado recurrir a ningún libro de texto sobre bebés, ya que la basta cantidad de datos en la red es más que suficiente. Este blog en parte fue gestado gracias a la buena cantidad de otros blogs que encontré de madres en toda América Latina, en la que cuentan sus experiencias durante sus embarazos y crianzas.

Aunque mi interés se ha concentrado en el embarazo y la vida intrauterina, no he podido dejar de anotar datos sobre la crianza que me espera enfrentar. Leyendo y leyendo he descubierto de donde salen muchas de las recomendaciones que escucho de mis amigas con hijos cuando me dicen que debo dejar a mi hijo dormir solo en otra habitación desde que tenga dos meses, o solo cargarlo cuando lo amamante o le de biberón para que no se malcríe, o no acostarlo nunca jamás en mi cama: el doctor Eduard Estivill.

Este señor, hasta donde he leído, es autor de un libro que se llama "Duérmete niño". No se cuanto tiempo tiene de publicado, pero me parece que tiene sus buenos años. En ese libro, del que he leído unos pocos párrafos copiados en páginas y blogs, se aconseja lo que he mencionado antes y, de manera literal, dice que dejes llorar a tu bebé y no importa si vomita porque "el te está tratando de manipular".

Del otro lado, están el grupo de madres y futuras madres que propugnan el parto respetado y la lactancia que van desde extremos bien extremos a una posición que entiendo racional y hermosa con relación a la crianza desde lo que llaman colecho. He leído de los beneficios de esta manera de crianza, de la necesidad de cercanía con su madre que tienen los recién nacidos, sobre todo a la hora de amamantar y de conciliar el sueño, de la necesidad de atención y cariño, de que su llanto no es "manipulación".

Muchas hablan de su experiencia de dormir con sus niños hasta que estos cumplen cinco y seis años, de darles de amamantar hasta los cuatro años, de querer parir en sus casas, del misticismos de sus partos (muy ligado al new age).

El asunto me viene a la atención porque hoy la mayoría de los blogs y webs de madres que leo estuvieron celebrando el Día Mundial del Sueño Feliz (lo que aseguran es posible y más natural con colecho) y promocionando, al mismo tiempo, desmontar las teorías de doctor Estivill sobre crianza

¿Qué pienso sobre esto? Hace unos días, a raíz de un comentario en mi muro de Facebook algunas amigas y conocidas compartieron conmigo detalles de sus procesos de crianza, y por supuesto, del colecho. El consejo más importante que me dieron: sigue tus instintos. Si es por mis instintos veo muy mal parado al doctor Estivill. No me veo colocando a mi bebo de dos meses de vida en otra habitación solo en su cuna, y menos dejarlo llorar hasta que se desespere y vomite. Como mi decisión ha sido hacer todo lo posible por amamantarlo el más tiempo posible (algo que ando visualizando y motivando desde ahora), no es verdad que voy levantarme a ir a otra habitación...no, simplemente no.

Una de mis colegas periodistas y madre me habló de como colechó con su pequeño. Me contó que cuando se reintegró al trabajo y con su bebo de tres meses, se hacía cuesta arriba que durmiera. Ella lo llevaba a su cama. Lo amamantó por un año y nueve meses. Cuando me dijo que para que no se le secaran los senos se ordeñaba cada dos horas en el trabajo y guardaba los biberones en la nevera del su trabajo, además de cargar con un bulto con hielo para llevarlos a su casa, la admire más.

He escuchado a muchas mujeres decir que no te debes dejar "manejar por los hijos", pero no creo que mi colega se haya "dejado manejar". Me hablaba con plenitud de ese proceso y, de paso digo, que es una profesional completa, una mujer inteligente que conozco desde al universidad y que es, además, madre soltera. Le habrá costado "sacrificio", claro que sí (que diría más bien, esfuerzo). Igual nos "sacrificamos" para hacernos de una carrera, para vivir donde vivimos, para lograr metas. Supongo que por amar y dar lo mejor de nosotras a nuestros hijos es igual.

Ella me dijo: sigue tus instintos y deja que igual lo haga tu esposo. Mi esposo es un hombre cariñoso y que en este proceso de embarazo no me ha dejado sola, y hablo de lo emocional y de la protección: besa la panza, le habla y canta a su hijo, me masajea los pies, hace quehaceres en la casa. Sé que nada de eso cambiará cuando nazca Fernando y sé que en este proceso haremos lo mejor por él.

No sé aun como será el horario de mi hijo, si dormirá de un tirón, sin necesitará tiempo para conciliar el sueño, ni que tiempo duré su cuna junto a mi cama. Pero si estoy segura de algo: no lo dejaré llorar sólo en una habitación hasta que vomite, y no negaré mi instinto de madre por simple egoísmo o comodidad. Desee tener este bebe y no lo trataré como una carga. Sé que no seré una madre perfecta ni quiero hacerlo, pero las teorías del doctor Estivill no tienen cabida conmigo.

En mi país, igual que en otro lados, el colecho se practica de manera silenciosa porque no es bien visto. Nadie lo dice en voz alta. Sé que muchas de las madres que conozco pegarán el grito al cielo si se enteran de la cantidad de madres que ahora conozco que lo hacen y no lo dicen, o simplemente mienten en público al respecto para evitar las críticas.

Tampoco soy extrema. No voy a parir en mi casa, pero si tengo para el próximo mes, cuando cumpla siete meses de embarazo, una lista de preguntas y decisiones que comunicarle a mi doctora para el momento del parto. No estoy en contra de que las madres den biberón, ni contra las que deciden no amamantar, sea por una razón física o filosófica.

No creo en misticismos sobre el parto ni sus dolores. No comulgo con la "new age". Lo veo como un proceso natural, evolutivo e instintivo de la especie a la que pertenezco, como mamífero que soy, y no ve voy a negar la atención médica que merezco y necesito, y que espero me respete en este proceso.

Dicho esto, agradezco a todas las madres en la red que hoy llaman la atención sobre el colecho, contra el doctor Estivill, pues me han regalado una visión más amplia, más cercana, más hermosa de pensar y racionalizar la crianza que me espera y de no sentirme culpable por seguir mis instintos, ni por pensar en acomodar mi vida a mi bebe y no lo contrario, de no sentirme "madre moderna" porque dejo a mi hijo llorar solo con tres meses en otra habitación.

Sé que mi vida cambiará, lo supe mucho antes de buscar un bebe y lo aceptó con amor y entrega, como viví cada etapa de mi vida y de mi soltería, y de mi vida de pareja. Porque eso es la vida, un cambio constante que regala cada color a tu paisaje, etapas, caminos. Ahora vivo este y me preparo para lo que sé será uno con muchos retos, pero seguro traerá muchas satisfacciones y momentos de felicidad, como los caminos que hasta ahora he recorrido.

martes, 26 de junio de 2012

Salud, embarazo y cobertura médica I

En la farmacia.

Tres cajas de pastillas (multivitaminicos, calcio y hierro) y una lata de proteínas. Camino a la caja.

- ¿Es con seguro?

-Sí

Minutos después.

-Señora, lo siento. Me dicen que solo le quedan 395 pesos de cobertura de medicamentos de su seguro.

- ... ¿sólo eso?

- Parece que ha gastado mucho...

- Estoy embarazada, es lógico que casi todos los meses compré medicamentos. Lo que no sabía que en seis meses de embarazo me quedaría sin cobertura...pero bueno, dígame cuánto es.

El chico hace la suma.

Saco el dinero. Me dice que me dará un 10% de descuento. Lo aplica. Le pago.

Conversando, vía redes sociales, con algunas personas me entero que con anterioridad la cobertura médica del seguro privado (pues en este República Dominicana la salud no parece ser responsabilidad del Estado y los trabajadores nos deducen para pagar pólizas privadas de salud, sin contar que nos deducen para el Seguro Social que no usamos) cubría de manera ilimitada los medicamentos para las embarazadas.

Otra persona me recomienda que gestione desde mi trabajo a ver si pueden darme una excepción, pero una amiga me advierte de antemano que ella averiguó al respecto y la respuesta fue que no se podía.

El bombillo de la preocupación se me encendió. ¿Y si esta cobertura incluye los medicamentos en el proceso de parto?

Comento la situación con el chófer de mi trabajo que me lleva de regreso a casa.

- Yo creo que sí. No debiste usar esa cobertura. Te van a dar tremendo tablazo en la clínica.

- No creo, porque es cobertura de medicamentos...pero tendría que averiguar, no vaya a ser que...

A la mañana siguiente llamó a mi aseguradora de salud.

- Buenos días, Clarisa le habla. ¿En que puedo servirle?

- Buenos días. Señorita, agoté mi cobertura de medicamentos de farmacia. ¿Esto afectará mi cobertura de medicamentos para fines de internamiento?

-No, claro que no. Son dos cosas distintas. Me puede dar su número de afiliado.

- Claro.

Un minuto después me dice lo mismo que me dijo el chico de la farmacia sobre el total de mi cobertura. De paso, aprovecho para preguntarle sobre el curso prenatal que imparte la aseguradora gratis. Me confirma que así es, pero que debo llamar y marcar el 5 para que me den los detalles.

Cuelgo.

miércoles, 20 de junio de 2012

¿Concebir te hace una mujer completa?

Anoche veía un programa del canal de NatGeo. "Sexo extraño", se llama. Uno de los casos me llamó mucho la atención.

La chica de 21 años había nacido con una condición muy rara. No tenia canal vaginal y su aparato reproductor es un especie de rompecabezas sin conexión. Nunca ha menstruado. Se enamoró y le contó de su problema a su enamorado. El la aceptó y por el bien de su relación ella decidió someterse a una operación que había fallado antes porque no siguió bien el tratamiento post operatorio. En la cirugía le construyeron un canal vaginal y resultó bien, muy bien.

Pero ya casados y felices vino la cuestión de saber si podrían tener un hijo. Mientras el doctor le explicaba, luego de examinarla y hacerle ecografías, sobre su imposibilidad de concebir a menos que no se sometiera a una costosísima operación reconstructiva, que de todas maneras no le daba garantías de nada, ella lloraba. Al final del reportaje, la pareja pareció decidir por una de dos opciones: un vientre de alquiler (pues sus ovarios al parecer funcionaban) o la adopción. La escena me remontó a un tema que he discutido antes: ¿Concebir te hace una mujer completa?

En nuestra cultura resulta común escuchar a la gente decirte: "serás una mujer completa cuando tengas hijos". En mi adolescencia me parecía algo normal. Eso eso debería ser...casarse, tener hijos. Con los años y la experiencia y los cambios entendí lo que esa frase significa. Una camisa de fuerza sin sentido.

Resulta que concebir no me hace completa ni especial. Ni siquiera me hace mujer. Ahora que estoy embarazada lo repito y sostengo con más fuerza. Y cuando vi a esa chica me convencí aun más. ¿Soy yo más mujer, más completa, porque puedo concebir y ella no? Por supuesto que no.

La reproducción es un hecho natural, biológico, predeterminado por la naturaleza evolutiva. Somos mamíferos y nos reproducimos de manera similar a otros mamíferos, incluyendo a las ratas que también lo son. No es algo que decidimos, es una capacidad que está con nosotros y que, en parte, es instintiva. Como "seres más pensantes" que los demás mamíferos y condicionados por lo social y lo cultural, hemos construidos códigos para decidir la forma, el tiempo y los ritos para la reproducción.

Pero hay casos en lo que por "errores de la naturaleza" estamos impedidos a seguir esta línea genética y evolutiva programada. Y cuando esto sucede a veces la imposición social nos hace sentir menos, nos quieren hacer sentir incompletos, como si la única función social y cultural de las mujeres fuera esa.

Pues no. Social y culturalmente decidimos, y eso incluye la reproducción. Muchas mujeres sin ningún impedimento físico para ello han decidido no parir. ¿Eso las hace menos que yo? No! Ni esa chica de ese reportaje que quizás, como he visto en otros casos, ha sido objeto de miradas de pena o de comentarios de "mujer incompleta". No.

Para mí, la completud de ser mujer es decidir sobre tu vida. Y si vamos a la maternidad, lo que para mí hace a una mujer valiosa no es la capacidad de concebir sino la de criar, de hacerse cargo de una criatura sea suya o no.

¿Acaso no es gigante el amor y el sentimiento de acogida y protección de una mujer que asume la crianza de un bebe que no parió? ¿No es maravilloso que sobre el instinto o la concepción social de ser madre biológica, ampares a un bebe para amarlo y darle un hogar que quizás su madre biológica no pudo o no quiso darle?

Mis respetos a aquellas que son capaces de ese amor, que a pesar del sufrimiento de muchas de tratar de concebir y no poder hacerlo, o de saber de antemano que no podrán nunca ser madres biológicas, hacen una decisión como la de adoptar un niño o niña y amarlos. Mis respetos a las que pese a la imposición social y cultural, y las criticas malsanas, deciden no parir porque saben que ser mujer no es solo eso ni se es solo para eso, y opta en libertad de ser para lo que sueñan o quieren como vocación en sus vidas.

Ellas son tan completas como yo.

jueves, 14 de junio de 2012

Nueva casa

Vivo desde ayer en un total desorden, que espero pronto vaya tornándose en orden.

El esposo y yo, y mi pancita, nos hemos mudado. Un espacio mucho más amplio y seguro para el bebe que viene en camino.

Muchos gastos. Y eso, que nos faltan los grandes sobre el bebe, aunque soy de las que quiere inscribirse en el club de "lo necesario para el bebe". En estos tiempos, y por lo que me he dado cuenta, existe un marketing feroz -como casi en todo- para que los futuros padres se embarquen en gastos innecesarios sobre cosas que no son tan necesarias para los primeros meses de un bebe.

Me gusta la nueva casa, que es específicamente un apartamento. El único problema son las interrupciones de luz, algo normal en República Dominicana, pero anormal para algunas zonas privilegiadas que tienen un sistema de 24 horas de electricidad. Y yo pase de ser una privilegiada a una paría de la electricidad. Ni modo, todo por un mejor espacio para Fernando.

Claro, andamos buscando soluciones para esto. Un inversor eléctrico. Más gastos, pero este si es necesario.

Por lo demás, el embarazo va bien. Parezco, como me han dicho, que me he tragado un balón de basketball o de fútbol. ¡Y cuanto se mueve!

Algo si extrañamente maravilloso me ha pasado en estos días. Como desde que se mueve ando vigilante de que siempre lo haga, en las mañanas una de las primeras cosas que hago es sentarme y ponerme la mano en la panza para percatarme de sus movimientos. Desde hace dos mañanas, cuando lo hago, le digo: "Fernado, buenos días. Mami te ama". Y, a seguidas, ¡se mueve! ¿Será que entiende que debe moverse para que sepa que está bien? Me parece algo increíble.





jueves, 7 de junio de 2012

Peso y embarazo

Las mujeres no salemos hablar de peso. Ese tema es como la edad.

En el embarazo el tema es mucho más espinoso. Las mujeres no quieren tocar esa tecla, a menos que no sea en la intimidad del consultorio. Haré un ejercicio contra femenino.

Antes de salir embarazada supuse que ganaría mis libras. Lo hice cuando me mude con mi esposo. De soltera no sobrepasaba las 138 libras (62 kilos) y tengo unos 5'11 de estatura (que es más o menos 1.80 metros). En los seis meses de convivencia,  y antes de la boda, pase a pesar 144 libras (65 kilos).

Y eran 144 libras que tenía cuando salí embarazada. Tres meses después pesaba 140 libras (63 kilos), gracias a los malestares que no me dejaban comer casi nada. Antes de irme a mi viaje a Alemania aumenté dos libras más. Normal, de acuerdo con mi doctora.

Pero mi susto fue ayer, en mi cita mensual. ¡Aumente 10 libras! (4.5 kilos)

Los panes, las papas fritas y las salchichas de alemanas hicieron su efecto. La doctora me miró con cara de reproche y me dio toda una cátedra de advertencias. Lo peor: era la primera vez que mi esposo iba a consulta conmigo y puso esa cara de papá corrector...

Ya más calmada en casa busqué información con relación al peso y al embarazo. De acuerdo con esta página, lo normal es aumentar entre 9 y 15 kilos en el embarazo (19 y 33 libras). Entonces, mi susto se alivio. De mi peso inicial a mi peso actual he aumentado 8 libras (3.6 kilos), por lo que creo que voy bien. Claro, comparado con mi último peso, de 142 libras, subir 10 es un mes no es lo recomendable.

Aunque para serles sincera, cuando me veo en el espejo y luego de saber que mi bebo pesa aproximadamente 1 libra y 7 onzas...se donde hay mucho de mi aumento. Eso sí, no me voy a descuidar. ¡A comer sano y no por dos!


sábado, 2 de junio de 2012

Viaje a Alemania y embarazo


Fui a Alemania.

Tres divinas semanas de una rica experiencia.

Mi querido bebo, Fernando, creció de un día para otro en esas tres semanas. Los periodistas que compartieron el seminario al que asistí en Alemania se convirtieron en los "tíos latinoamericanos" de Fernando. Anda ahora muy pendientes del desarrollo de mi embarazo.

Según los cálculos, ya tengo cinco meses. Me sorprende ver mi panza crecida. Y me sorprende pensar que llegará a estar más grande.

Fernando se mueve mucho, mucho.

En la próxima semana iré a mi cita. Veré que tal anda Fernando.