El pediatra español Carlos González está en República Dominicana. Lamentablemente, por asuntos de trabajo, no podré asistir a sus conferencias (que finalizan hoy en Santo Domingo y continúan este fin de semana en Santiago), lo que si pude hacer fue entrevistarlo vía mail para un artículo publicado en el periódico donde laboro.
Comparto con ustedes su entrevista en "bruto", pues en el artículo solo enfoque algunos aspectos tratados con él en está entrevista.
Si tuviera ahora de frente a una mujer primeriza con un recién nacido en los brazos, ¿Cuál sería su primer consejo?
¡No se mueva! Ahí, en brazos, es donde mejor están los bebés.
¿Qué es lo más importante que deben ofrecer los padres en los primeros meses de vida de su hijo o hija?
Tiempo y cariño. Las dos cosas. Por supuesto, pasarse el día con el niño, pero dedicar esas horas a pegarle, a reñirle o a ignorarle no sería bueno. Pero querer mucho al niño, acariciarle y cantarle, pero sólo un par de horas, y dejarlo solo la mayor parte del día, tampoco sería bueno. Los niños pequeños necesitan atención continuada.
De acuerdo a su experiencia como pediatra, ¿Qué es lo que más preocupa a los padres sobre la crianza de sus hijos? ¿Sueño, alimentación, enfermedades?
Yo diría que les preocupa todo. La capacidad de las madres para preocuparse es casi infinita. Mucha gente se dedica a fomentar esas preocupaciones, diciéndoles todo el rato lo que tienen o no tienen que hacer, amenazándoles con las más terribles consecuencias si no siguen las normas. Es curioso, muchas veces me han consultado, "mi hijo de cinco meses se chupa el dedo, no sé cómo quitarle esa fea costumbre", pero nunca "mi hijo de quince años fuma, no sé cómo quitarle esa fea costumbre". Ni que chuparse el dedo provocase cáncer...
¿Qué entiende usted que es lo que más necesitan los niños de hoy en día?
A sus padres. Al menos en algunos países y en algunas clases sociales, los niños pequeños pasan muy poco tiempo con sus padres. Nunca antes en la historia de la humanidad había ocurrido algo así, nunca tantos niños habían pasado desde tan pronto tantas horas separados de sus familias. Yo empecé a ir a la escuela a los seis años, y nunca me quedé a comer. Ahora muchos bebés se escolarizan antes del año, comen en la escuela toda su vida, tienen actividades extraescolares...
¿A qué atribuye el “afán moderno” de mantener a los bebes lejos de los brazos? ¿Es cierto que eso hace “independientes” a los niños?
En muchos pueblos nativos todavía llevan a los niños a la espalda durante años. ¿Le parece que son particularmente dependientes? Desde hace años, al menos en España, los hijos "no se van de casa", muchos viven con sus padres hasta bien pasados los treinta años (ahora contribuye la crisis, pero la situación data de bastante antes de la crisis). Es la generación que fue a la guardería, que no durmió en la cama de los padres, y no parece que se hayan hecho particularmente independientes.
En realidad, los niños son dependientes por naturaleza. Un niño, sin sus padres, moriría. La ley prohibe abandonarlos. Lo que hace que de mayores se vuelvan independientes es la relación con los padres dura (o debería durar) toda la vida, y esos padres que piden tanta independencia se enfadarán si, dentro de cuarenta años, sus hijos no les visitan o no les llaman.
¿Su último libro publicado (En defensa de las vacunas) fue inspirado en alguna experiencia como pediatra? ¿Por qué entiende que, tras años de concienciación y erradicación de enfermedades por medio de las vacunas, ha nacido el rechazo a aplicarlas?
Las vacunas son víctimas de su propio éxito. Enfermedades como el sarampión, la polio o la difteria han disminuido tanto que mucha gente ya no las conoce y les ha perdido el miedo. Y por otra parte, a mucha gente le encantan las teorías conspirativas. Que las vacunas las hacen solo para enriquecer a los laboratorios americanos y suizos... por eso en mi libro recuerdo que Cuba es uno de los mayores exportadores de vacunas del mundo, o que Corea del Norte e Irán también vacunan a los niños.
¿Hasta donde llega el papel del pediatra? ¿Debe solo estar pendiente de la salud física del niño o permitirse consejos a los padres sobre cómo llevar una crianza?
Cada cual debería hablar de lo que conoce. En general, los pediatras no estudiamos cómo criar o educar a los niños. Algunos de nosotros tenemos experiencia como padres, algunos hemos leído libros sobre esos temas... pero no nos lo han exigido para darnos el título. Lo que un pediatra tiene que saber, está obligado a saber, es el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades infantiles.
Yo siempre digo que preguntes a tu suegra. A lo mejor no siempre acierta, y por supuesto no estás obligada a seguir todos sus consejos, pero hay que reconocer que tu suegra ha criado a un chico que tú misma has elegido como el más maravilloso del mundo. Pues algo sabrá de criar hijos.
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