viernes, 14 de junio de 2013

Vamos a hablar de lactancia (III y última)

Hoy llevo ocho meses, una semana y un día de lactancia.

Debería tener un día más en esta suma, pero la visión intervencionista, sesgada, mecanista e ignorante del personal médico en las clínicas privadas en República Dominicana no permite que la lactancia y la vivencia cuerpo a cuerpo con el bebé desde que nace sea una realidad.

Lactar ha sido una de las mejores experiencias de ser madre.

Se preguntara alguno o alguna, tal vez, cómo he logrado llevar ocho meses de lactancia. Y sí, no solo trabajo en un periódico, en horario de cierre, sino que soy ama de casa (claro, con la ayuda idonea de mi esposo).

Di leche materna a mi hijo de manera exclusiva sus primeros seis meses de vida. No se alimentaba de otra cosa que no fuera mi leche. Nunca le he dado tés. Nunca durante esos seis meses le di agua. Solo leche materna.

Mi hijo nació el 5 de octubre y me reintegre al trabajo el 30 de diciembre. Antes de retomar mis labores profesionales tuve miedo y el miedo me ganó. Compré un lata de leche (de esa que el pediatra, "amablemente", puso con nombre de marca en su libreta de consejos para "complementar la alimentación de un recién nacido"). Lo hice por "un por si acaso" no podía dejar leche suficiente para mi hijo. La lata de leche sigue, sin usar, en la alacena.

Por supuesto que además de comprar la "lata de leche del temor", me arme con lo que entendí era lo necesario para dar continuidad a la lactancia.
  • Un telmo para conservar en frío la leche materna.
  • Un extractor manual Medela (lo digo con marca porque por experiencia, y por otras experiencias contadas, me parece recomendable comprar extractores de esta marca).
  • Fundas o bolsas para conservar leche.
  • Y...un pampers lleno de agua y congelado (aunque no lo crea, es el mejor "hielo" para conservar la leche en frío. Se mantiene congelado por mucho tiempo y mientras se derrite el hielo hecho en su interior no hace "aguas", pues queda retenida dentro del pañal desechable). Este truco fue una cortesía de Damaris Silverio, la titi que cuida a Fernando en las tardes antes de que su padre (el esposo) llegue a casa.

El artículo 240 del Código de Trabajo dominicano establece que "durante el período de lactancia la trabajadora tiene derecho, en el lugar del trabajo, a tres descansos remunerados durante su jornada, de veinte minutos cada uno, como mínimo, con el objeto de amamantar al hijo".

O sea, son 60 minutos, una hora, para disponerse a extraerse leche. En principio yo tomaba dos turnos, y en un cuartito usado para la entrevistas (nunca jamás en un baño), me extraía leche, la guardaba en las funditas y estas funditas las colocaba dentro del telmo, no muy grande, donde había un pañal desechable congelado para conservarla hasta que llegará a casa. A veces, por la naturaleza de mi trabajo, tuve que ordeñarme en el vehículo de prensa (guardaba la leche en el envase del extractor hasta llegar a la redacción).

Cuando llegaba a casa guardaba las funditas en el congelador de la nevera. En las mañanas, cuando dormía el bebo, también me ordeñaba. Llegue a dejarle a mi hijo cada día en la casa de 18 a 20 onzas de leche.

Se puede hacer un banco de leche, pero eso no era una opción para mí en un país donde la energía eléctrica se ausenta hasta por diez horas.

Así logré lactar a mi hijo de manera exclusiva durante seis meses. Y así he continuado con la lactancia.

Trabajar no es un impedimento para dar de lactar a un hijo.

La lactancia no es un sacrificio, no es "cansada" (como me dijo alguien en un foro de LLL), no es una moda. No. La lactancia es la manera NORMAL de alimentar a un bebe. No necesitas complementarla con nada. Tuve grietas en los pezones, en algunos momentos no podía dejarle más de 12 o 15 onzas al bebo, mi bebo rechazó durante dos días los senos cuando cumplió tres meses, la gente me criticaba y aun lo hace, las mujeres de mi familia (con excepción de mi sabia abuela) me desalentaron y aun lo hacen (me han dicho hasta que me voy a "malograr").

Repito, la lactancia es una de las mejores experiencias que me ha dado la maternidad. Y, lo mejor de todo, es que es lo mejor que puedes dar a tu hijo como alimento. LO MEJOR. Sin contar el dineral que se ahorra.

Se puede. No importa lo que te digan algunos pediatras pocos éticos e ignorantes sobre  lactancia (el que atiende al bebo me dijo la cita pasada que "ya no le diera teta a mi hijo"). No importa lo que te diga tu madre, tu tía, tu abuela, la vecina y las amigas. No importa. Se puede.

Y si crees que no puedes, hay un lugar donde puedes buscar ayuda: La Liga de la Leche en República Dominicana (LLLRD).

Foto Antonia Ricart.

Vamos a hablar de lactancia I
Vamos a hablar de lactancia II


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