martes, 30 de diciembre de 2014

Destete nocturno II y fin de los #365diasconfernando

Les cuento que el destete nocturno ha sido un éxito.

Fernando ha entendido lo de la teta que duerme y a pesar de que unos días han sido algo difíciles, esta última semana ha dormido sin necesidad de teta.

El destete también ha reducido sus despertares y ha extendido sus horas de sueño. Se despierta, una vez en la madrugada, (por dos días no lo hizo) y como padres de colecho lo pasamos a la cama, pero a diferencia de hace casi un mes atrás, se acomoda para dormir sin ni siquiera procurar sus queridas tetas.

Eso sí, desde que despierta en la mañana ¡A por la teta!

Les confieso que me alegro de haber esperado está edad para destetarlo, hacer este proceso con su capacidad de entender lo de la "teta que duerme".

Para el año que viene estará el reto de la guardería. En la segunda semana del año irá en las tardes a una. Sé que probablemente no le costará mucho acostumbrarse a la compañía continúa de otros niños lejos de la casa por cuatro o cinco horas. Lo que si tengo pendiente es hablar con los cuidadores para que ni se les ocurra obligar un proceso de "quitar pañales", que es obvio que aun no esta preparado para ello. Espero que me entiendan y respeten ese punto.

Y pasando a otro tema...llega el final de los #365diasconfernando

Para los que me siguen con frecuencia por este blog sobre maternidad sabrán que el primero de enero de este año inicié este proyecto en Instagram, que para aquella fecha tenía poco tiempo con una cuenta en esa red fotográfica y como soy de las que piensa que usas una herramienta con un fin (no la herramienta como un fin) pues pensé en hacer este anuario "Fernandiano".

Estoy pensando hacer algo con esas fotos, y los textos que las acompañan. ¿Les gustaría un ebook de los #365diasconfernando? 

Les deseo lo mejor para el próximo año, a pesar de los pesares.

Esta fue la foto que le tome hoy para los #365diasconfernando.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Destete nocturno I

La lactancia ha sido uno de los espacios más satisfactorios de mi maternidad. Me alegro haberme decidido por ella. Sé que he dado algo muy importante a mi hijo.

Desde el principio tuve claro que la lactancia entre mi hijo y yo sería un asunto entre mi hijo y yo. Contra todas las opiniones, inclusive la del pediatra (que de lactancia sabe lo que yo sé de física nuclear o cuántica), lleve mi lactancia viento en popa. Y aun hoy, con mi hijo de dos años y dos meses, es una lactancia disfrutada...excepto en las noches.

Mi hijo, supongo que por un asunto de herencia, es bastante alto para su edad y con un peso que ya sobrepasa las 30 libras. De madrugada, cargarlo media dormida cuando despertaba y se sentaba en la cuna a pedir teta...estaba haciendo mella en mí. Sobre todo porque mi horario laboral es tarde-noche. Llego cansada y siempre me acuesto sobre las 11 de la noche.

Así que sopesando que ya el Fernando tiene dos años y que la lactancia nocturna se me estaba convirtiendo en un sacrificio (no creo en amor sacrificado) y ya me estaba afectando físicamente...decidí la semana pasada iniciar un destete.

Fernando pasó ya por un destete brusco en mi viaje a Barcelona. Retomó la teta cuando volví, con tanto ímpetu que volví a pasar por las grietas en los pezones por varios días. Sé que el sufrió mucho ese destete brusco. La teta no es solo alimento, es lazo, apego, confort, amor. Así que pensé hacer este proceso de la manera más respetuosa posible. Me han contado formas horrendas de hacerlo. Una de las que más me impactó me la relató una chica que me arreglaba las uñas: se untó los pezones con hiel de pollo...

Mi hijo no tiene un gran vocabulario, es casi nulo. Pero entiende todo. Así que pensé en decirle que la teta duerme de noche y ante sus seguras quejas, pues añoñarlo lo más que pudiera.

Primer día. Se despertó tres veces. Me sentaba y le decía "la teta está durmiendo. Vamos también a dormir". En la primera despertada hubo llanto de...dos minutos y se durmió. En la segunda, pataleo acostado y se durmió. A la tercera lo mismo que la segunda. A las siete de la mañana despertó, vio la luz del sol y dijo "teta" y la teta buscó.

Segundo día. Un pataleo inicial con un poco de llanto. Durmió sin despertar más hasta las seis y media de la mañana. Vio que era de día y sonriente buscó su teta.

Tercer día. Lo mismo que el segundo.

Cuarto día. Un madrugada difícil. Cuando despertó por primera vez no valió nada. Lloraba y lloraba. Su papá se acostó a su lado. Trataba de abrazarlo y lo rechazaba. Se me acercaba y le decía que no y volvía el llanto. Así que lo cargué y empecé a hablarle mientras lo mecía caminando de un lado al otro. Le explicaba que la teta dormía, pero que también mamá necesitaba dormir, que lo seguía amando aunque la teta no estuviera ya de noche, que desde que el Sol saliera la teta iba a despertar, que mamita llegaba cansada y necesitaba descansar. Sé que mi niño no entiende esas razones adultas, pero mi voz lo tranquilizó y se durmió. Lo acosté a mi lado y dormimos el resto de la madrugada. Claro, al abrir los ojos lo primero que busca es a su querida teta.

Quinto día. Igual que el segundo y el tercero.

Sexto día. Dos despertares. Un poquito de quejas. Mucho abrazo, mucho beso, mucha caricia y a dormir.

Así vamos.

Eso sí, en la mañana temprano todos los caminos conducen a su teta. No se la niego, para nada. Pero claro, el mundo está ahí y el quiere conocerlo, entonces la teta se olvida por ratos largos. Va al patio del residencial, camina conmigo a ver los animales de una casa cercana (sí, en plena zona urbana mi hijo disfruta ver ganzos, patos, vacas...), va al mercadito, recoge palitos del piso, juega, curiosea con las plantas, con los espejos en que se ve reflejado...y mira hacía atrás va ver si estoy.

Se hace independiente.

Lactancia disfrutada :)
Aquí les dejo algunos apuntes sobre el destete, desde la página web de la Alba Lactancia Materna: El destete