jueves, 5 de junio de 2014

Un niño independiente

El domingo me voy de viaje. Estaré tres semanas lejos de Fernando y el esposo.

Se imaginen que desde hace días ando con la tristeza de la futura ausencia metida entre los huesos. Es la primera vez que estaré tanto tiempo lejos de mi hijo. También extrañaré mucho al esposo, sin duda.

Cada vez que tengo oportunidad, en estos días, me como a besitos a Fernando. El se ríe al carcajadas y me mira, esa mirada tan hermosa.

He hecho un mini banco de leche, para que al menos no me extrañe tanto en las noches. Ojalá la quiera tomar fuera del envase original. Se quedará con su abuela paterna, a quien quiere y con la cuál congenia de maravilla, y su papá, ambos tienen una relación hermosa, única. Esto me tranquiliza. Se que estará feliz aunque me extrañe.

Y lo sé porque su abuela, un día en el que salí bien temprano en la mañana y regresé hasta en la noche utilizó una bonita frase para informármelo. "Fernando es un niño muy independiente". Me dijo esto luego de detallarme el día de Fernando sin mamá, de sus juegos, de como comió, de que hizo dos siestas y no una, de sus brincos frente a la televisión y sus intensa curiosidad.

Un niño independiente...y pienso en las advertencias porque aun le doy la teta, porque el esposo y yo lo pasamos a la cama en la madrugada, porque le doy todos los brazos que quiere, lo cargo cuando va a la cocina a extenderme los brazos. Y resulta que "a pesar de todo eso" es tan independiente como cualquier niño de su edad, que puede pasar un día sin mamá sin que le de una "crisis nerviosa por el apego". Es más, creo que precisamente el apego le ha dado esa independencia que algunos advirtieron que no tendría porque "está muy apegado a mamá".

Sé que me va a extrañar, sobre todo en las noches, pero sé también que los brazos de papá los tendrá sin ningún reproche ni medida. Y los de la abuela ni se diga, da gusto verlos juntos.

Cosas de la vida. Cuando tenía unos meses menos de los que hoy tiene Fernando me separé de mis padres por un poco más de un año. No puedo evitar traer esto al presente. Lo bueno para mi hijo es que no tendrá que cambiar de país, ni separarse de su papá.

Y bueno, a ver como la llevo yo.